viernes, 3 de diciembre de 2010

El paso

Las cosas habían cambiado en el trabajo. Hubiera querido pensar que no, pero era innegable que con el tiempo ELLA se había vuelto mas distante. Desde el día de los muñecos mas precisamente, ése era el hito, el día de cambio de estación, cuando los vientos se hicieron mas fríos. Pero no se arrepentía, para nada. ELLA había empezado a gustarle mucho, y esas son cosas que no se eligen, de modo que no dependía de él en realidad. Porque eso si, de brazos cruzados no se iba a quedar. Si le gustaba iba a enfrentarla y se la iba a jugar, y punto. ¿Qué era eso de quedarse agonizando por los rincones? ¿Cómo iba a pasar los días viendola soltarse el pelo al lado suyo y morirse de ganas de hundir su cara ahí y sentir su perfume secreto. De ninguna manera. En el amor era matar o morir. Porque sí, podían haber bajas, podía perderse para siempre esa complicidad que tenían, esas risas por lo bajo de chistes secretos que solo ellos dos compartían, esas charlas de la nada que de vez en cuando venian preniadas de una mirada a los ojos. Pero bueno, no había más nada que hacer, a veces hay riesgos que hay que asumir.

2 comentarios:

  1. El amor SIEMPRE es matar o morir.
    Me encanta tu espacio, te sigo!
    Besos!

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  2. gracias nati! =)
    jaja si ELLA me llega a dar bola ya lo contaré.. todavía tengo fe

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