martes, 22 de marzo de 2011

Paola.. solo sabía tu nombre, y cuando te iba a invitar a salir te me pusiste de novia

Ay Paola de mis problemas
que sin decirlo te pedí risas y sin saberlo me diste penas
que con un pie calzado y  uno descalzo pisaste mis verbenas
y un día nomás así sin notarlo te fuiste de mis prados

Ay Paola pero qué me hiciste
si adornaste con enstrellas mis noches tristes
si dibujaste con tiza una musa para mis brazos
y ahora te vas y me dejás desesperando

Y quedó un corazón desteñido, antigua alma de amador malevo
carcaza de lirios con golpe de fina daga en el costado
que aunque hace tiempo muerto y resignado
tenía en el fondo la fe de poder soñar y amar de nuevo

miércoles, 19 de enero de 2011

Los abuelos

Hoy me fui de viaje en ojos de mi abuela. Conocí Eslovenia, con sus bosques en los que crecen las frutillas en verano y sus inviernos que tapaban la casa de nieve. Y a un tío pintón  con una moto que termino conquistando a la maestra del pueblo despues de que lo citaran por las travesuras de mi abuela. Murió joven pocos anos después y fue velado arriba de una mesa, mientras una nena que nadie pudo separar del difunto volcaba lagrimas desesperada, preguntándole porque la dejaba. Le habían dado un año y vivió tres más, pero finalmente se tuvo que ir.
Conocí la pobreza, el hambre, la inocencia de niños que corren después de ayudar toda la mañana con el trabajo, riendo entre los arboles.
Conocí un barco y un horizonte, conocí la Argentina del 40, Caseros y años después Salto, y una familia y despues otras y de nuevo Salto y a Don Bolacel, que era campeón de chin chon.
Todo pude verlo claro en sus ojos.
Quisiera poder seguir haciendo por siempre estos viajes, acariciando su mano.

martes, 18 de enero de 2011

Un pedazo que me está faltando

Me anda faltando un pedazo de corazón. Ayer me acosté y cuando me pase la mano por el pecho lo note un hueco, del lado izquierdo, no demasiado grande. No se como fue que paso. Tal vez se fue gastando sin que me diera cuenta, o tal vez me lo olvide en lo de Sofía la ultima vez que fui a despedirla a la casa, la noche que me dejo. "La noche que nos dejamos" dice ella, pero bien sabe que yo hubiera seguido un tiempo mas, un rato mas, incluso sabiendo que éramos como autitos chocadores, que se mueven erráticos chocando de tanto en tanto, encerrados en un rectangulo de lata. Divertido, pero no lleva a ningún lado, todos saben eso. Así que decidiste dejarme. No llore. Creo que no llore, no me acuerdo bien. Las emociones de esa noche fueron raras. Por un lado, que te fueras me fue indiferente (pensándolo mejor puede ser que el corazón lo hubiera perdido antes), pero por otro lado habían algunos charcos de amargura en los que me divertía revolcarme; revolcarme como un cerdo. Era raro porque podía estar como si nada o podía estar saboreando un lamento agridulce. Podía ser una noche cualquiera o una noche de pena, de esas que no vivía hacia mucho tiempo, con lo que decidí usar la tristeza que me regalaste para romper la rutina. Un poco extrañaba condimentar las canciones con esa mezcla oscura. Pero aunque estar herido puede resultar en una sensación interesante al principio, seductora de a ratos, no es agradable al tiempo. Aunque mas que estar herido eso era en realidad no estar y punto. No estar ni contento ni triste, ni eufórico, ni deprimido. Ni.
Sigo todavía un poco así. Ya quiero sanar; ando sin un pedazo de corazón, y lo unico que se me ocurre es llenar el hueco con amor liquido y esperar, esperar que se vuelva gelatina, que se forme una masa dulce que de a poco vaya cobrando forma y que eventualmente, del brebaje, me crezca un nuevo latir.
Pero ELLA me ignora...

viernes, 14 de enero de 2011

La segunda carta que le escribí a Ana implorando su amor (No respondió ¿debería seguir? .. SI)

Hola Anita, como estas?
No esperaba que me respondieras lo del otro día. Te cuento de donde vino. Pasó que sin querer me crucé con tu Facebook y ahí nomas me crecieron las garras, me volví tigre otra vez. Porque verte es como apretar una espina clavada desde hace años, pero no una que duele; una espina que enciende, que acelera la sangre, que te prende fuego, una espina que te hace agradecer ser hombre para poder disfrutar de algo tan lindo. Sos preciosa, y no me quiero morir sin haber probado una noche con vos, me doy cuenta de eso cada vez que te veo, de que te sigo deseando pase el tiempo que pase y de que eso no va a cambiar.
Decime que si hermosa, decime que si una vez. Regalale unos besos a este hombre con sangre de fuego y corazón de oro y caramelo.

jueves, 6 de enero de 2011

El paso

Ya ni pensaba. La maraña oscura había quedado repentinamente atrás cuando despertó esa mañana y tomo la decisión. Para que pensar? No fuera cosa de perder la lucidez.. Puso las manos en el borde y subió. Miro a la nada que en ese momento era Buenos Aires, respiró el invierno por ultima vez y dio el paso.

miércoles, 5 de enero de 2011

La práctica

La práctica afinó mis herramientas. Dedos de cincel, yemas de acero que caen y esculpen palabras, revientan los pedazos de más y así las frases van cobrando forma, con letras que luego se pulen y brillan de mármol. Otros en cambio escriben con la cabeza. Inscriben con la mente las páginas etéreas del tiempo, las queman con arcanos que escapan al común. Y eso genera admiración, por supuesto. Uno admira generalmente (respeta cuando menos) lo que no entiende.
Pero yo soy de otra cepa, casi podría hablar en términos de clase o raza; yo soy de los poetas, pero poetas en esencia, en su sentido más primitivo. Mancho papeles simplemente con aquello que me escurre del corazón, sin elevarme, ni pretender hacerlo, a los vapores filosóficos. Trabajo mas bien con la ignorancia del artesano, que limitado a su oficio puede (ama, disfruta de) forjar preciosas joyas, prendas de plata entrelazadas de zafiro, o armaduras decoradas para adornar la guerra y la muerte. Eso soy, un humilde artesano sin demasiada formación o aspiraciones intelectuales. Yo me limito a atrapar con redes finas lo que mana de mi alma, esa bruma de sentires, esas imágenes, ese morir de amor que como una estela imperceptible se eleva cuando camino, cuando vivo.
Vengo de una familia de artistas, un padre con venas de canción y una madre que es puro impulso creador, impulso que moldea resinas y metales. A mí en cambio me tocaron las letras. Y sea tal vez este el menos glamoroso de los campos, puesto que se crea y disfruta en Soledad y no se despliega en recitales o exposiciones. No, esto es algo más para cada uno, y aquí me siento cómodo, porque escribir es la herramienta que uso para recordarme de sentimientos, esos que son parte de mi ya tanto como las manos y dedos que los esculpen.

lunes, 3 de enero de 2011

Una plaza

Una plaza y un charco de pétalos de jacarandá. Unos novios que se besan en un banco, dos chicas que sentadas descalzas en el pasto se tocan los pies y ríen. Y la tarde que se hace mas tarde y unos nenes que corren y se trepan a una estatua con una Paloma en la cabeza. Calorcito de verano y viento suave. Una plaza, y en la plaza nosotros..