lunes, 29 de noviembre de 2010

Hacer amor


Nos miramos y reímos, y giramos y giramos en un abrazo. Todo se mueve, pero no salgo de tus ojos, de tu risa, hasta que un poco queriendo tropezamos con la cama  y quedamos ahí tendidos, pero ahora en silencio. Que lindos labios tenés, no me había dado cuenta, y entonces, frentes que se tocan, ojos que se miran, ojos que se cierran. Sentimos. Esos momentos en los que el roce electriza, en los que todo confuso, beso, piel, calor, tanteando con sed en forzada ceguera. Parpados que se abren y miran profundo, breve paz que anuncia el fuego. Y de vuelta a lo oscuro, de vuelta a estar cerca y de a poco al instinto. Besos que ganan fuerza, que a veces chocan entre suspiros, manos que aún acarician y se entrelazan, pero ya perdiendo el control. Y entonces el frenesí. Se arrancan a manotazos las falsas pieles, hasta las más intimas, y el abrazo siente el calor de los cuerpos, todo piel, suspiros y un gemido que se contiene un segundo en una mueca y finalmente escapa. Entonces la unión que se sella con ojos que aman por un instante y borran el tiempo.
Quedan tendidos, ella aún sonriente entre sus brazos, y entonces se duermen entre caricias suaves.

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