martes, 30 de noviembre de 2010

ELLA y ella

Creo que lo que mas me gustaba era cuando se reía. Cómo me enamoraba esa sonrisa.. Todo el tiempo pendiente de hacer algún chiste para que soltara una de esas risitas que me hinchaban el pecho como un pajarito que se llena de aire, solo que acá era deseo. Pero no siempre me había gustado. De hecho fue algo bastante repentino, aquel día que la vi entrar alta y con el pelo largo, suelto hasta la cintura, las calzas grises y ese pulover grueso color negro que tantas veces después quise tener en un abrazo. Ese día me empapo el alma como un chaparrón de verano.
Que enamorada me había pegado, Dios mío. Las reuniónes de trabajo una completa perdida de tiempo, un andar relojeandola a cada rato, imposible concentrarse, que bien te queda ese jean, no me había dado cuenta de que tenias un culo tan lindo.
Y lo de los muñecos, que locura. Como me temblaba la mano cuando le daba cuerda al ultimo, el que llevaba el cartelito de "salimos?" pegado en la cabeza.
Pero ella pareció casi ni notarlo. Yo lo esperaba un golpe maestro, y sin embargo no se vieron ni mellas superficiales. Adentro quien sabe. Mas de una vez pense en deslizarle el tema a la amiga, no el de los munecos claro, sino el del pibe este con el que salía hacía dos meses, con el "chico", pero tenía pinta de Pandora y tipico que después se corría la bola en la oficina y ahí anda a recuperarla. Verguenza, silencio y a otra cosa; camino conocido.
Así que fue esperar nomas, esperar que mi movida hubiera hecho algo mas adentro, y que con el tiempo dejara a este pibe y me diera una oportunidad.
Después de la declaración la cosa quedo un poco mas fría, no voy a decir que no. Pero no de mi parte, por lo menos no conscientemente. Yo recibía sus comentarios, mas escasos que antes, con una sonrisa y la risa cómplice en la recamara, lista para levantar un cirquito en cualquier frase y terminar riendo, divertidos como antes. Pero esa cada vez pasaba menos, sobre todo después del mensajito.
Habíamos ido a un evento después del trabajo, y se ve que salir de la oficina fue un alivio, porque al ratito nomas ya estábamos a las risas como antes. Así tres horas mas o menos, y con las tres cervezas que tenía encima le hubiera apuntado un beso derecho a la boca, pero con la amiga presente, también compañera, no había forma.
Casi llegando a casa fue cuando le mande el mensajito. No pensé en ilusiones, era casi como quien demuestra una obviedad, un teorema matemático, no había duda de que teníamos que estar juntos. Estaba tranquilo incluso sin una respuesta a las dos, tres horas. Pero la mañana siguiente me trajo una cara fría y una actitud distante. Los centímetros que separaban nuestros asientos se hicieron metros, limitando los intercambia a cosas indispensables, de trabajo por lo general. Fue el invierno de la risa.
Pero silencio, distancia y todo, como me gustaba. Con que deseo la miraba pasar cargando contratos, que de haber sido de matrimonio te los firmo en este mismo instante. Más me ignoraba, más me gustaba, y más crecía esa furia que me encendía de ganas de llenarla de besos que como bofetadas la arrancaran del silencio.
Pero en el fondo estaba tranquilo. Confiado en realidad; unos pocos días malos no iban a roer mis ilusiones.
Aunque por otro lado estaba contento porque me lo tomaba mas como un juego . No un juego exactamente, pero sí como una situación divertida. No sabia bien como, pero había logrado esquivar la negra obsesión que se me prendía siempre en esas situaciones y en cambio pensaba en ella solo de vez en cuanto, para llenar los ratos libres o algun que otro viaje en colectivo. Tal vez fuera uno de esos mecanismos inconscientes de auto defensa. Podía ser, sobre todo teniendo en cuenta que mi alma, o mi vida amorosa mas bien, eran lo mas parecido a un cementerio lleno de autos chocados, innumerables y hermosos autos, sueños devenidos en fierros retorcidos y pintura carcomida por el oxido del tiempo.
Lo concreto era que, autodefensa o no, no pensaba demasiado en ella, al menos no excesivamente, no insalubremente. Pero cuando lo hacía era intenso.
Incluso ya surgían otros proyectos amorosos, sentimentales va, pero solo por involucrar sentimientos de alguna clase. La compañera de mi prima por ejemplo. Boliche, manos trenzadas, baile apretado, inesperado rechazo, se va con otro, odio clase 2 en escala de 10, nada grave, se cruzan una semana después en el cumpleaños de la prima, el la ignora, ella se acerca toda la noche, ella va a bailar, el se queda, ella se desilusiona un poco, pasa el tiempo, ella se engancha cada vez mas, arregla una incursión inesperada para ir a comer a la casa de él, armada de la prima que hace de ariete, escudo y puente, conoce a los padres de él incluso antes desatar el primer beso, reunión que se repite a las dos semanas, justo antes del viaje de la uneversidad a Tucumán donde todo se va de control y ella termina estando con 4, si, no 1 ni 3 sino 4 amigos, amigos entre ellos no de ella (tal vez peor) lo que hace que cuando él se entera por medio de su prima se siente como un boludo por haber preparado secretamente algo dulce para robarle el primer beso, y de modo que ahora se siente de una inocencia similar a la de un virgen frente a una prostituta, y no es que ella fuera una prostituta, pero estaba claro que no tenía sentido jugar al romántico (casi boludon) después de un episodio así, aunque ella lo sorprende con un mensajito la noche en que vuelve de tucumán y después de un par de mensajes algo confusos se vuelven apenas animales (él espera volverse del todo dentro de poco) y se dicen discrectamente que se tienen ganas, con lo que quedan a la espera de los mensajitos que vaya trayendo la semana, hilvanando su primer encuentro de y para 2.

 


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